Soledad primera, Luis de Góngora y Argote Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa (media luna las armas de su frente, y el Sol todos los rayos de su pelo), luciente honor del cielo, en campos de zafiro pace estrellas, cuando el que ministrar podía la copa a Júpiter mejor que el garzón de Ida, náufrago y desdeñado, sobre ausente, lagrimosas de amor dulces querellas da al mar, que condolido, fue a las ondas, fue al viento el mísero gemido, segundo de Arïón dulce instrumento. Del siempre en la montaña opuesto pino al enemigo Noto, piadoso miembro roto, breve tabla, delfín no fue pequeño al inconsiderado peregrino, que a una Libia de ondas su camino fió, y su vida a un leño. Del Océano pues antes sorbido, y luego vomitado no lejos de un escollo coronado de secos juncos, de calientes plumas, alga todo y espumas, halló hospitalidad donde halló nido de Júpiter el ave. Besa la arena, y de la rota nave aquella parte poca que le expuso en la playa dio a la roca; q...
POEMAS DE GARCILASO DE LA VEGA Soneto I. Cuando me paro a contemplar mi estado... Soneto II En fin, a vuestras manos he venido... Soneto III La mar en medio y tierras he dejado... Soneto IV Un rato se levanta mi esperanza... Soneto V Escrito está en mi alma vuestro gesto... Soneto VI Por ásperos caminos he llegado... Soneto VII No pierda más quien ha tanto perdido... Soneto VIII De aquella vista pura y excelente... Soneto IX Señora mía, si de vos yo ausente... Soneto X ¡Oh, dulces prendas por mi mal halladas...! Soneto XI Soneto XII Soneto XIII Soneto XIV Soneto XV Soneto XVI Soneto XVII Soneto XVIII Soneto XIX Soneto XX Soneto XXI Soneto XXII Soneto XXIII Soneto XXIV Soneto XXV Soneto XXVI Soneto XXVII Soneto XXVIII Soneto XXIX Soneto XXX Soneto XXXI Soneto XXXII Soneto XXXIII Soneto XXXIV ...